Siempre tuve esa obsesión
de buscar llamar la atención
porque nadie me veía.
Desde latitudes, en multitudes
y ahí seguía siendo un puto punto
insignificante entre tanto polvo
de estrellas y soy de las que se estrellan
y además con fuerza,
pero luego me levanto
y me lamo las heridas,
la sangre está caliente
y vas tú y me miras,
sin haberme visto siquiera.
Que las cicatrices cuentan historias sorprendentes,
pero para sorprendente tú.
Que lo sé, que es difícil ir a contracorriente,
pero es que nosotros la llevamos dentro.
- mg.
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