lunes, 20 de marzo de 2017

El hombre más alto del mundo

Crecer es una trampa en la que es necesario dejarse caer 
porque cada vez que te levantas la luna te queda más cerca.


  

Tienes las rodilas magulladas 
los dedos de las manos llenos de polvo de estrella, 
porque aunque tienes los pies en la tierra 
siempre miras al cielo, y por eso te caes. 

No ves por dónde caminas y tropiezas, 
y sonríes, otra vez al suelo. 
Pero te niegas a mirar el asfalto, 
tanta monotonía te mata 
y sigues cayendo por no bajar la mirada 
y la cabeza. 

Dices que el cielo te atrapa, 
te da fuerzas para seguir caminando 
porque, aun no siendo nada, 
eres un milagro 
y eso cómo no iba a darte ánimos. 



Por eso tus pasos son firmes 
y has aprendido a caminar a oscuras, 
a intuir con las plantas de tus pies 
si viene calle o vacío, 
has aprendido a confiar en el camino, 
en ti. 

Sabes que tus rodillas seguirán sangrando 
porque no podrás evitar caer de nuevo, 
pero también sabes que sabrás levantarte, 
ya eres todo un experto. 

Y mientras tanto la luna te mira, 
esperando que llegue el día 
en el que que hayas crecido tanto
como para poder llegar a besarla. 



Se asomba cada noche 
para medir la distancia
y brilla con fuerza 
para que te entren las ganas.

- mg.

No hay comentarios:

Publicar un comentario