martes, 24 de noviembre de 2020

Mi rebelión y mi revolución.

Hace cinco años decidí abrir este blog. Sólo cinco años, pero siento que ha llovido mucho desde entonces. 

Son muchos los buenos recuerdos que le guardo a pasarme horas escribiendo entradas que más tarde nunca publicaría y otras tantas que sí. 

Ha sido una ventana a mí misma, a mis ideas, una forma de ponerlas en orden y de gritar con fuerza todo lo que me quemaba por dentro. Ha sido mi rebelión y mi revolución. 

Deberíamos hablar más solos. Hablar con nosotros mismos. Es algo que solemos hacer de niños y que dejamos de hacer a medida que crecemos. Supongo que es porque nuestro lado racional nos hace sentir vergüenza y rápidamente pensamos que estamos locos, pero realmente es un ejercicio del todo interesante. Si tu hablas con las personas que te importan ¿Por qué no hablar contigo mismo? ¿Acaso no eres importante?

Ciertas personas entran y salen de tu vida, otras están siempre ya sea en modo activo o a veces en standby, pero si algo es seguro, es que toda tu vida vas a pasarla contigo mismo. Seguramente te conozcas a grandes rasgos, incluso es posible que de verdad creas que te conoces en profundidad ¿De verdad piensas que te conoces a la perfección? O incluso mejor... ¿De verdad piensas que algún día lograrás conocerte a la perfección? 

Hay ciertos momentos de nuestras vidas en las que podemos afirmar con fuerza un:

- Sé quien soy. 




Sin embargo, no dejan de ser momentos concretos. Nuestra vida cambia constantemente, las personas que están en ella y también nosotros. Por lo que el ejercicio de conocernos y entendernos mejor es algo constante. 

Vivimos en un mundo lleno de ruido y a veces es más fácil simplemente dejarse llevar. Pero lo fácil es enemigo de lo bueno y el precio que pagas es el perder el control de tu vida porque nadie, absolutamente nadie, va a saber vivir tu vida mejor que tú. 


- M.


No hay comentarios:

Publicar un comentario