" Las largas cabelleras negras de las gitanas,el puente de Triana, el color del albero y el olor a naranja "
40 grados,
ajetreo de gente que se mueve con prisas
por todos lados.
Polvo,
los coches de caballos parados
en los
semáforos.
Ruido,
las largas cabelleras negras
de las
gitanas,
el puente de Triana.
el color del albero
y el olor a naranja.
Qué agobio, qué prisas,las llegadas a Sevilla.
Las calles están cortadas
y los autobuses no
pasan,
andando con la maleta
me voy a casa.
Pasado el parque María Luisa,
cojo la calle
Tabladilla
veo de los portales
salir ya a las niñas.
Que si llego tarde,
que qué hago así vestida,
que corra, que no llegamos
a la feria de Sevilla.
Mi traje está arrugado,no encuentro la flor,
los flecos del mantoncillo
enredados.
No paran de llamarme, no me dejan ni arreglarme.
Suena el telefonillo “illa si no bajas yo me piro”
Desesperada abro la nevera,
al fondo fría una cerveza.
Sonrisa de oreja a oreja.
Teléfono en mano,
id yendo, ya os alcanzo.
Subo a la azotea,
sin prisas por la escalera,
de fondo, canciones rocieras.
El Guadalquivir, Sevilla entera,
la puesta de sol, todo eso me rodea.
Me siento grande y a la vez pequeña,
fuerte y a la vez sin fuerzas.
Sentimientos, contradicciones
suceden en mi
cabeza.
Mis preocupaciones cesan
dándole un trago a la
cerveza,
Y así, todo bajo mis pies,
sentada en lo alto del
muro,
me dejé sentir por un instante,
la reina del
mundo.
MG
Escrito e inspirado en la siempre dulce alegría de Carmen Osborne González- Fabrés
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