He encontrado un resquicio de inspiración
en el rincón de mi habitación
donde solía tocar la guitarra.
Los acordes de Do mayor
me han recordado
que nunca se pierde si se aprende,
se comprende, se entiende,
la esencia de la cuestión.
No por la respuesta,
sí por la interrogación.
Que las puertas
se abren con preguntas,
que las respuestas
están sobrevaloradas,
al igual que las verdades.
Que es la disparidad de perspectivas
lo que nos hace iguales
porque somos críticos;
desde Grecia hasta Telecinco,
pasa el tiempo y seguimos
siendo los mismos
pero en peor versión,
ya no acompaña la reflexión.
Rechazamos la cultura
para construir realidades ficticias (*)
centradas en nosotros mismos;
nuestro mundo, nuestro ombligo.
Y seguimos siendo críticos
sin saber hablar,
pero hablando para no oírnos.
- mg.
(*) Realidades ficticias centradas en nosotros mismos, ya que la cultura no deja de ser una realidad ficticia consensuada, pero eso ya lo dejamos para mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario