miércoles, 6 de julio de 2016

Habla, bla, bla.

He encontrado un resquicio de inspiración 
en el rincón de mi habitación 
donde solía tocar la guitarra. 
Los acordes de Do mayor 
me han recordado 
que nunca se pierde si se aprende, 
se comprende, se entiende, 
la esencia de la cuestión. 
No por la respuesta,
sí por la interrogación. 

Que las puertas 
se abren con preguntas, 
que las respuestas 
están sobrevaloradas, 
al igual que las verdades.
Que es la disparidad de perspectivas 
lo que nos hace iguales
porque somos críticos;
desde Grecia hasta Telecinco, 
pasa el tiempo y seguimos 
siendo los mismos 
pero en peor versión, 
ya no acompaña la reflexión.

Rechazamos la cultura 
para construir realidades ficticias (*)
centradas en nosotros mismos; 
nuestro mundo, nuestro ombligo.
Y seguimos  siendo críticos 
sin saber hablar, 
pero hablando para no oírnos.

- mg.






(*) Realidades ficticias centradas en nosotros mismos, ya que la cultura no deja de ser una realidad ficticia consensuada, pero eso ya lo dejamos para mañana.




No hay comentarios:

Publicar un comentario