sábado, 21 de octubre de 2017

Esta noche (no) quiero estar sola

Las evasivas no solían surtir efecto. Era como si de un juego se tratase; cada evasiva debería ser más ingeniosa que la anterior para poder así salirse con la suya. Las fuerzas esa noche le flaqueaban, no iba a entrar en esa ridícula dinámica. Sus pensamientos cobraron vida y se personificaron en su abuela, tenía una forma peculiar de pronunciar la palabra "ridícula". A aquella mujer excesivamente refinada todo le parecía "tremendamente rídiculo". Dejó de pensar y le miró con firmeza:

- Esta noche no. Quiero estar sola

Es curioso como haciendo una pausa en mitad de una frase puede darse a entender el mensaje opuesto. Frunció el ceño cayendo en la cuenta de que el interlocutor podría entender lo que quisiese, así que repitió: Quiero estar sola.




Él la miraba como si fuese un bicho raro, como si se hiciese de rogar por algún motivo que desconocía, como si a base de insitir ella fuese a acabar cediendo -nada más lejos, más bien provoca el efecto contrario-. Fuera como fuese, le preguntó si se encontraba bien.

Es como un coletilla. Si dices que deseas estar solo acto seguido te preguntan si estás bien.


En su cabeza sus pensamientos empezaron a fluir atropelladamente: 


"Joder. Ya estamos. ¿Por qué cojones existen personas que no entienden el valor que tiene para otras el estar solo? ¿Por qué se da por sentando que cuando alguien quiere estar a solas es porque se siente triste? Digo yo, si dedicamos tiempo a las personas a las que queremos... ¿Qué tiene de extraño querer pasar tiempo con uno mismo? ¿A caso no nos queremos?

Es que me encanta estar sola, joder. Es una gran lección en todos los sentidos. Puede parecer egoísta pero cuanto más disfrutas de tu tiempo contigo mismo, mejor aprendes a seleccionar y a valorar a las personas que realmente quieres que estén en tu vida. Y cuando valoras a alguien haces todo lo posible por estar tú en la suya". 

Él la seguía mirando. La pregunta se había quedado flotando en el aire, en un aparente silencio, incómodo para los oídos que no escuchan más allá. 


- Que si estás bien. Repitió. 






MG.


domingo, 15 de octubre de 2017

Te han roto el corazón

Llámame loco, pero no puedes ir por la vida con esa actitud que pareciese que nada pudiese herirte.
Simplemente no puedes.

— ¿Cuántas veces te han roto el corazón?Puede que ninguna — me salió del alma. Mis palabras sonaron demasiado directas, quizá porque no pretendía decirlas en voz alta.
Ella sonrió. Su gesto se tornó sereno y despacio me dijo:

 — Las necesarias.

Volvió a sonreír. Niñata. Es como si nada se lo tomase demasiado en serio.
 — ¿Las necesarias para qué? — El tono de mi voz puso en evidencia el comienzo de mi desesperación. Ella debió darse cuenta. Fingió seriedad unos instantes mientras me decía alto y claro «las necesarias para no tener miedo a que me lo vuelvan a romper».

Volvió a sonreír. Volvió a su actitud de “nada puede hacerme daño”.
Supongo que en el fondo tenía razón. Supongo que existe una línea que traspasas tras ciertas rupturas (de corazón y de pareja) en las que empiezas a ser consciente del poder del ser humano de sobreponerse.

La volví a mirar y seguía sonriendo. Siempre sonríe. Maldita. Me pregunto cuántas veces se lo habrán roto. Cuánto dolor será capaz de soportar.
Esta última pregunta envenenó mi mente con ideas perturbadoras. Me entraron ganas de ponerle a prueba.

MG.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Qué bonita es la vida, joder.

No quiero morir mañana. No quiero despertar y desear volver a dormirme. No quiero bajo ningún concepto que nada más comenzar el día surque por mi mente la idea de que deseo ardientemente que llegue a su fin. No vivimos para sentirnos de esta manera los lunes, ni los martes, ni los miércoles ni si quiera los jueves. No quiero limitar mi vida a la palabra viernes, que al fin y al cabo sólo es un día de la semana. Porque de hacerlo estaría diciendo a gritos que mi vida deja mucho que desear.
No quiero bajo ningún concepto que "fin de semana" se traduzca en evasión, evasión de mi vida de mierda. De mi vida de mierda de lunes a jueves claro, porque los viernes ya son viernes.
Quiero seguir sintiendo cosquillas en el estómago cuando me voy a dormir. Esa sensación de excitación plena que complica respirar profundo y cerrar los ojos. Esa sensación de qué bonita es la vida joder.

MG.

domingo, 1 de octubre de 2017

Más vale mañana que fuerza

Algo te inquieta, lo sabes, está ahí revoloteando por tu cabeza como una mariposa intentando volar libre pero que está atrapada tras el cristal de una ventana.
Puede ver la luz, su libertad está a milímetros de ella y sin embargo no puede salir. 
Unos intentos más, cada cuál más fuerte.
Aturdida vuelve a intentarlo fijamente frente al cristal, reúne las fuerzas que le quedan y se lanza desesperada en su última embestida.
Su cuerpo sin vida cae al suelo.

Podría haber abierto la ventana y dejarla salir. Podría haberla metido delicadamente en un vaso para no dañar sus alas y soltarla libre. 

Sin embargo, ¿Quién era yo para interponerme ante la voluntad de la mariposa? ¿Quién era yo para decidir su destino? 

MG.