domingo, 1 de octubre de 2017

Más vale mañana que fuerza

Algo te inquieta, lo sabes, está ahí revoloteando por tu cabeza como una mariposa intentando volar libre pero que está atrapada tras el cristal de una ventana.
Puede ver la luz, su libertad está a milímetros de ella y sin embargo no puede salir. 
Unos intentos más, cada cuál más fuerte.
Aturdida vuelve a intentarlo fijamente frente al cristal, reúne las fuerzas que le quedan y se lanza desesperada en su última embestida.
Su cuerpo sin vida cae al suelo.

Podría haber abierto la ventana y dejarla salir. Podría haberla metido delicadamente en un vaso para no dañar sus alas y soltarla libre. 

Sin embargo, ¿Quién era yo para interponerme ante la voluntad de la mariposa? ¿Quién era yo para decidir su destino? 

MG.

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